Los dispositivos que generan un arco eléctrico se han utilizado en los quirófanos desde principios del siglo XX. La primera unidad electroquirúrgica, también conocida como Bovie Generator, se acredita a William T. Bovie mientras trabajaba en la Universidad de Harvard. El primer uso de un generador electroquirúrgico en un quirófano fue el 1 de octubre de 1926, en el Hospital Peter Bent Brigham en Boston, Massachusetts, en los Estados Unidos.
Se cree que la primera operación fue realizada por el Dr. Harvey Cushing, un neurocirujano estadounidense. Desde entonces, debido a su versatilidad, el uso de la electrofulguración o la electrodesecación se han expandido en todo el mundo. Posteriormente, gracias a la creciente disponibilidad de generadores de arco voltaico, la práctica se ha extendido a los usos estéticos.
El voltaje utilizado por el equipo quirúrgico y estético varía entre 500 y 10,000 voltios de pico a pico y es capaz de inyectar altas corrientes a través del cuerpo y a través de su superficie, dependiendo de cómo se utilicen. Entonces, ¿Cómo es posible que estas chispas, a veces inyectando altas corrientes, puedan viajar a través de nuestros cuerpos sin causar ningún daño?
Todos hemos experimentado un choque eléctrico leve por un contacto accidental con un cable vivo en nuestras casas, y sabemos lo desagradable que puede ser. Entonces, ¿cómo se usa la misma energía eléctrica de manera segura?
Si tuviéramos que utilizar la misma tensión pico a pico de 50Hz que se encuentra en el suministro doméstico, sufriríamos una descarga eléctrica. La magia está en la frecuencia operativa del dispositivo. La salida de frecuencia generada por estos dispositivos comienza desde 50 KHz (tenga en cuenta que esto es 50,000Hz no 50Hz). Esta frecuencia más alta evita la estimulación electromuscular no deseada, que a su vez evita las descargas eléctricas. Debido a este principio, los dispositivos quirúrgicos eléctricos tienen altas corrientes a alto voltaje (alta potencia) y, por lo tanto, pueden pasar a través del cuerpo humano sin ningún daño a los órganos internos o al sistema nervioso. Recuerde que la primera unidad electroquirúrgica fue utilizada por un neurocirujano y da una idea del nivel de confianza y seguridad inherente de tales dispositivos. Gracias a esto, estos dispositivos han sido de uso generalizado en el mundo médico y estético desde la década de 1930.
Hoy en día el uso de arcos voltaicos en medicina incluye:
→ Electrocoagulación, es decir, la coagulación de los vasos sanguíneos en los que requieren flujo sanguíneo debe detenerse (hemostasia).
→ La destrucción de tejidos blandos, que incluye, entre otros, la extirpación de tumores (ablación).
→ El corte de una variedad de tejidos en el quirófano;
Adicionalmente, en estética los arcos eléctricos con corrientes de alta frecuencia tienen aplicaciones en:
→ Estiramiento de la piel
→ Eliminación de lunares benignos y lesiones cutáneas benignas.
→ Eliminación de tatuajes
→ Cauterización de la vena roja